Budismo Zen
El Zen nació hace dos mil quinientos años en la India, cuando Buda Shakyamuni realizó el despertar. Esta experiencia se ha legado sin interrupción de maestro a discípulo, formando así la línea de transmisión del Zen.Luego de haberse practicado por más de mil años en la India, en el siglo V Bodhidharma lo introdujo en a China. El Zen, con el nombre chino de Chan, conoció en este país una gran apertura y encontró un terreno favorable para su difusión. En el siglo XXII, el monje japonés Dogen, luego de un viaje a la China, lo introdujo en el Japón. Fundador de la escuela Soto, el maestro Dogen es el filósofo más importante dentro del Budismo.
¿Una filosofía? ¿Una religión?El Maestro Deshimaru (el Bodhidharma contemporáneo, como se lo suele llamar, por haber introducido esta práctica milenaria en Occidente), decía que el Zen está más allá de la filosofía y de la religión. Es la fuente, la esencia, la pureza de la tradición, la pureza de la iluminación de Buda que se ha transmitido hasta hoy de hombre a hombre. ¿Cómo? Mediante la práctica de la postura de Buda, el zazen, método milenario que se ha legado atravesando los tiempos, de maestro a discípulo.
Shakyamuni, el hombre, es el fundador del Budismo, la vía del despertar. Pero esta vía y este despertar no pueden limitarse en un tiempo y en un espacio. El despertar existía antes de Shakyamuni y la vía engloba todo el universo, porque el primero sólo debe realizarse ya la segunda, practicarse. El Buda nunca proclamó profeta o mesías; tampoco dijo ser el enviado de algún dios. No elaboró dogmas, no propuso sacrificios. La vía que muestra a sus adeptos es, por
sobre todas las cosas, humana: en nosotros mismos se encuentra la raíz y el origen de la vida y la muerte. Jorge Luis Borges dijo que el Budismo era la única religión que nunca provocó una guerra. Este hecho, lejos de ser una estrategia de difusión, es intrínseco al
Budismo, cuyo objetivo es resolver el problema del sufrimiento y de la muerte. La comprensión del carácter impermanente de todos los fenómenos (entre ellos, nosotros mismos), el no apego, y el abandono del ego, son sus planos fundamentales. “Toda existencia es vacío. No hay nacimiento ni comienzo, ni pureza ni mácula, ni crecimiento ni disminución”.
El Budismo es entonces la comprensión y la adhesión a todas las leyes del universo para resolver el sufrimiento que nace en el espíritu humano debido a la ignorancia: la realidad última es no-vida, no-muerte. Pero cuando hay que vivir, se asume plenamente la vida; y cuando hay que morir, se asume plenamente la muerte. Así, el problema del sufrimiento o el desarrollo de fenómenos de nuestra vida, producidos por la ley del Karma (la ley de las causas y de los efectos) es una cuestión de estado de espíritu. Por eso, el Budismo es la práctica del despertar y
del abandono de la ignorancia.Dice un antiguo sutra: “Nuestra ley y nuestra práctica no tienen más que un sabor, el de la libertad”.
DogenO “el Fundador”, como lo llama Ryokan, aludiendo a la escuela Zen Soto, aunque Dogen
nunca se refirió a una “congregación Zen” ni a una “congregación Soto”. Prefirió hablar de verdad cósmica, de dharma correcto, y del zazen como método para realizar el dharma en todo nuestro cuerpo, pues la práctica con el cuerpo es la clave de su enseñanza:“Zazen es el método que educa a cada una de las células de nuestro cuerpo para seguir el orden cósmico”.
El maestro Dogen es el autor del Shobogenzo (Tesoro del ojo del verdadero dharma): “La vía del Budismo es estudiarse a sí mismo, estudiarse a sí mismo es olvidarse de sí mismo, olvidarse de sí mismo es despertar a todas las existencias del cosmos.” “El espíritu que busca a Buda es el espíritu que reconoce la impermanencia del mundo. Cuando realizamos la impermanencia de todas las cosas que sentimos compasión por nuestro espíritu egoísta, buscador de riquezas y de fama. Abandonar este espíritu egoísta es encontrar el espíritu puro (sin nada), fuente de acciones eternas.” Recibimos nuestro cuerpo de nuestros padres; pero todas las existencias son ku, impermanentes, cambiantes, sin sustancia. Realicen esto con todo el cuerpo y, aquí y ahora, la vida es eterna.
Texto extraído del libro “Poemas del gran loco” de Ryokan (monje Zen)
1 comentario:
cuando ya no hay un "yo", es el mundo el que se vive a si mismo, con total ecuanimidad y libertad, actualizándose a cada instante, en un eterno ahora
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